(més si clikeu damunt es llibre)
"Ese mismo Mediterráneo que ahora está en su mente y sube hasta sus labios la salmuera de siempre. Y el sabor llega contemporáneamente con el grito, agudísimo en su desesperación. Sólo el ruido del agua y enseguida retorna, desgarrándose, más lejos en el aire, más adentro en el mar. No puede ni tiene derecho a hacer cálculos o reflexionar. Dispone apenas de uno, dos segundos. El grito que puede ser auxilio, o socorro, o simplemente ay, vuelve a quebrar la paz, esa paz enigmática ya a punto de acogerlo. Y no tiene otra opción que alzarse, sacudirse, flotar, detectar de dónde viene, y nadar, nadar, nadar con todo el vigor y la práctica de que dispone. La niña, aterrada y rubia, emerge y se hunde y emerge y se hunde y emerge y él aprovecha para asirla del pelo y sostenerla y acomodar su cuello bajo su brazo e impulsarse hacia la orilla con el otro, racionalmente, sin perder la calma, y nadar, nadar, nadar, con una nueva, acumulada, dinámica obsesión. (pág. 62)
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