De tarde en tarde el cielo está que arde.
En el jardín la luz declina rosa
rosae, y la fuente rumorosa
conjuga en el silencio de la tarde
el presente de un verbo evanescente
que articula el mañana y el ayer.
"Todo lo que ya fue volverá a ser",
murmura el cuento claro de la fuente.
El cuento de la fuente es eso: un cuento.
Quemó el cielo la luz en la que ardía,
y el día se deshizo en un memento
homo, humo, ceniza, lejanía.
Eso es lo que nos queda de aquel día.
Quien quiera saber de él, pregunte al viento.
Ángel González
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