(Ciutadella 30.11.2012)
Dado que la vena poética no es
una arteria donde circulan
vehículos de toda clase, me
pregunto
hasta qué punto
esta rima molesta la interrogación.
En realidad, quería hablar del otoño
que se fue. Los otoños no piensan
en la gravedad o levedad de sus días de oro.
No piensan y punto.
Entonces rimo y me pregunto
por qué debiera yo pensar en él,
otoño que pasó, llevándose
un dolor viejo y trayéndome
un dolor nuevo. Voy
a seguir este poema en una calle
que me lleve lejos de él.
Adiós, poema, adiós, otoño,
adiós, juan gelman, otro
que el necesario para mí.
Llueve sobre
paredes conocidas y quién sabe
adónde irá mi mano clausurada
que no escribió su dirección.
(pág. 965-966 Poesía reunida)
Juan Gelman
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