Siempre están los hilos.
La maraña de hilos
que la memoria ensambla por
analogía. De no ser
por esos hilos,
la existencia -¿existencia?-
todo sería un cúmulo de
fragmentos -¿fragmentos?-,
bueno, destellos si se quiere.
Todo sería destellos. Inconexos
-inconexo: palabra sin
referente. Vacía. Tanto
como infinito, inaudito,
inmutable, inextenso,
ilimitado, etcétera.
Etcétera también.
Como los atributos
de Dios. Palabras que entorpecen
las cosas en lo dicho.
Inconexo es ver algo conectado
a otro algo del que luego
se separa. Inconexo es decir la
distancia sin perder de vista
lo contrario. Imposible
entender sin imagen-. Así pues,
los hilos. La maraña. Eso,
al despertar. La cabeza, por tanto,
en la almohada. Los ojos
a veces entreabiertos. Para
la claridad. A veces
cerrados. Estirando los hilos.
Chantal Maillard
(pàg. 107-108)
4 comentaris:
Amb aquests fils tan bonics, no m'estranya gens que teixeixis somriures.
Bona nit, Joana!
Connexions boniques! :)
Una abraçada, joana!
SOMRIURES! (els hi texeixo ales perquè us arribin a totes dues...)
Bon cap de setmana!
A mi m'han arribat! :)
Bon cap de setmana!
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