Madre: cuando sea grande
¡ay que mozo el que tendrás!
te levantaré en mis brazos
como el viento alza el trigal.
Yo no sé si haré tu casa
cual me hiciste tú el pañal,
o si fundiré bronces,
los que son eternidad.
¡Que hermosa casa ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y que sombra tan amante
el alero te va a dar!.
Yo te regaré una huerta,
y tu falda he de colmar
con los frutos perfumados:
pura miel y suavidad.
Gabriela Mistral
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