de las puertas y su tacto usual
pueden no dar acceso a un templo vivo: restos
de historias somos
-o restos de edición- que se contrastan
y campan con su exceso de recuerdo y poder.
Cuando mis manos colmen con anillos
su hueco de ternura y acciones no cumplidas,
bendita seas, discordia constante, vida, huera
transigencia
y ensayo general de soledades.
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