"He dejado para el final el gran regalo que el poeta Ángel González dejó, antes de morir, a su esposa Susana Rivera, y del que ahora, gracias a su generosidad podemos disfrutar. En el año 2000, Ángel escribió una carta que guardó en sobre cerrado, en el que escribió de su puño y letra: "Para abrir en caso de fallecimiento", acontecimiento que tuvo lugar ocho años más tarde. Al abrirla, Susana leyó la más bella carta de amor que una mujer pudiera recibir, escrita de manos de uno de los más grandes poetas españoles del siglo XX."
(fragment de la Presentació, Pepe Verdes)
(fragment de la Presentació, Pepe Verdes)
Septiembre de 2000
Queridísima Susi,
Alguna vez tenía que ser. Esto no hay quien lo evite. Sólo por una razón me entristece la muerte: porque ya no voy a volver a verte. Eres la persona que más quiero en este mundo: también la más honesta, la más íntegra, la más buena: la mejor.
Gracias por toda la felicidad que me diste. Recuerda tú los momentos de felicidad que vivimos juntos y que esos recuerdos te sirvan de ayuda en estos momentos tristes. No te dejes dominar por la tristeza. Trata de ser feliz y de que sobreviva en ti siempre ese maravilloso espíritu de alegría que tuviste siempre. No pierdas nunca esa maravillosa sonrisa que iluminaba el mundo. Hazlo por el amor que sentí -que siento todavía cuando escribo ahora- por ti.
Con ese inmenso amor pienso y pensaré siempre en ti.
Un beso muy largo, interminable,
Con ese inmenso amor pienso y pensaré siempre en ti.
Un beso muy largo, interminable,
ÁNGEL
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