(més si clikeu damunt es llibre)
"...y a las ocho de la mañana, como de costumbre, ya estaba afilando lápices y perfilando ideas con destino al artículo periodístico que escribía a diario y con el que me divertía siempre como un loco [...] Terminado como de costumbre el artículo con esa tristeza que sentimos al final de las mejores fiestas de nuestra vida, pasé a ocuparme -con un repentino e inesperado achaque de pereza- de mi trilogía. Andaba todavía por el cuarto capítulo del segundo volumen [...] Escribí hasta las once y media. Solía trabajar siempre en la trilogía hasta esa hora, que era cuando realizaba el primer alto en el trabajo y bajaba a buscar la correspondencia y a comprar los periódicos. Pero ese día al abrir la puerta del piso , vi que alguien había dejado debajo de ella una carta. Me agaché para para recoger esa inesperada carta y entonces mi sorpresa se incrementó cuando reconocí la letra redondilla, inconfundible de Rosita..." (pàg. 12-14)
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