dissabte, 6 de juny del 2015

AMÉLIE...


http://www.larepublicacultural.es/article5499.html"Pasaron los meses. Cada día, el tiempo perdía algo de consistencia. Era incapaz de determinar si transcurría rápida o lentamente. Mi memoria empezaba a funcionar igual que la cadena de un retrete. La tiraba por la noche. Una escobilla mental eliminaba los últimos restos de suciedad.
Limpieza ritual que de nada servía, ya que, a la mañana siguiente, la taza de mi cerebro recuperaba su suciedad.
Como habrá observado el común de los mortales, los lavabos son un lugar propicio a la meditación. Para mí, que me había convertido en carmelita, significó la ocasión de meditar. Y descubrí algo muy importante: que en Japón la existencia es la empresa.
Se trata, por supuesto, de una verdad que ya ha sido descrita en numerosos ensayos de economía dedicados a este país. Pero existe un abismo entre leer una frase en un ensayo y vivirla. Yo podía convencerme de lo que aquello significaba para los miembros de la compañía Yumimoto y para mí.
Mi calvario no era peor que el suyo. Sólo resultaba más degradante. Aunque eso no era suficiente para que envidiara la posición de los demás. Era tan miserable como la mía.
Los contables que pasaban diez horas diarias recopiando cifras me parecían víctimas sacrificadas en el altar de una divinidad carente de grandeza y de misterio. Desde tiempos inmemoriales, los humildes han dedicado sus vidas a realidades que los superan: en otros tiempos, podían por lo menos entrever alguna causa mística en semejante estropicio. Ahora, ya no podían ilusionarse. Entregaban su existencia a cambio de nada [...] ¿Y, fuera de la empresa, qué les esperaba a aquellos contables de cerebro lavado por los números? La cerveza obligatoria con colegas tan trepanados como ellos, horas de metro abarrotado, una esposa que ya duerme, el sueño que te aspira como el desagüe de un lavabo que se vacía, las escasas vacaciones en las que nadie sabe qué hacer: nada que merezca el nombre de vida.
Y lo peor es pensar que a escala mundial esta gente son privilegiados." (fragment pàg.124-125)