dimarts, 27 de novembre del 2012

PETJADES...


"-Vamos a ver, ¿qué demonios escribía en esos retratos?
Rebecca tenía una respuesta que había ensayado durante años para utilizarla, cada vez que le hacían esa pregunta, con el fin de zanjar la conversación. Estaba a punto de pronunciarla cuando notó esa luz mortecina y cansada a su alrededor. Entonces dijo algo distinto.
-Escribía historias, dijo.
-¿Historias?
-Sí. Escribía un retazo de una historia, una escena, como si fuera el fragmento de un libro.
El viejecito sacudió la cabeza.
-Las historias no son retratos.
-Jasper Gwyn pensaba que sí. Un día, estando sentados en un parque, me explicó que todos tenemos una determinada idea de nosotros mismos, tal vez apenas esbozada, confusa, pero al final nos vemos llevados a una determinada idea de nosostros mismos, y la verdad es que a menudo hacemos coincidir esa idea con un determinado personaje imaginario en el que nos reconocemos. Por ejemplo el de alguien que quiere regresar a su casa pero ya no sabe encontrar el camino. O el de otro que ve las cosas siempre un instante antes que los demás. Cosas así. Es todo lo que logramos intuir de nosotros [...] Jasper Gwyn me enseñó que no somos personajes, somos historias, dijo Rebecca. Nos quedamos parados en la idea de ser un personaje empeñado en quién sabe qué aventura, aunque sea sencillísima, pero que lo que tendríamos que entender es que nosotros somos toda la historia, no sólo ese personaje. Somos el bosque por donde camina, el malo que lo incordia, el barullo que hay alrededor, toda la gente que pasa, el color de las cosas, los ruidos. ¿Lo comprende?
-No
-Usted hace bombillas ¿nunca ha tenido la ocasión de ver una luz en la que se ha sentido reconocido, que era exactamente usted?
El viejecito se acordó de un farolito encendido sobre la puerta de una cabaña, años atrás.
-Una vez, dijo.
-Pues entonces podrá comprenderlo. Una luz es solamente una pizca de una historia. Si existe una luz que es como usted, también habrá un ruido, una esquina en una calle, un hombre que camina, muchos hombres, o una mujer sola, cosas por el estilo. No se quede parado en la luz: piense en todo lo demás, piense en una historia. ¿Puede comprender que existe, en alguna parte, y que si la encontrara, ése sería su retrato?
El viejecito hizo un gesto de los suyos. Parecía un vago sí. Rebecca sonrió.  
-Jasper Gwyn decía que todos somos una página de un libro, pero de un libro que nadie ha escrito nunca y que en vano buscamos en las estanterías de nuestra mente. Me dijo que lo que estaba intentando hacer era escribir ese libro para la gente que iba a verlo. Las páginas justas. Estaba seguro de poder conseguirlo... Los miraba. Durante mucho tiempo. Hasta que veía en ellos la historia que eran." (fragment pág. 174-175)