dilluns, 8 d’abril del 2013

ROSATS...






Todas las primaveras, no bien han empezado a salir, me encuentro dibujando lirios, como si obedeciera una orden. Es la flor más imperiosa que conozco. Y esto puede tener que ver con la manera en que se abren sus pétalos, ya impresos. Los lirios se abren como los libros. Al mismo tiempo, son la quintaesencia tectónica de la arquitectura, la más pequeña. Pienso en la mezquita de Suleiman, de Estambul. Los lirios son semejantes a las profecías: te sorprenden y te tranquilizan simultáneamente. 

John Berger

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El cuaderno de Bento