"Me llamo Lázaro, tengo 23 años (casi 24), he empezado dos carreras y creo que terminaré una [...] Yo, que no pertenezco en modo alguno a ese infeliz colectivo antes etiquetado bajo el crudo epíteto "superdotados", y ahora bajo el profiláctico circunloquio "con altas capacidades", he podido superar las asignaturas sin necesidad de hincar los codos [...] Nací en una casa con cinco mil libros y me leí una buena parte. Aún hoy, me leo entre tres y cuatro libros por semana, unos veinte al mes y más de doscientos al año. Diez veces más que el que me sigue en volumen de lecturas entre mis compañeros universitarios. Sí, lo sé. Soy un tarado, una aberración de la naturaleza, un anormal. Lo tengo admitido desde hace muchos años. Pero qué le voy a hacer. Me gusta leer. Pero soy aún más estrafalario. Además de leer, escribo. Lo hago desde pequeñito, no me acuerdo con exactitud, pero más o menos desde los siete u ocho años. La escritura forma parte de mis intereses desde edad bien temprana. A ella me he entregado siempre de forma autodidacta, y con resultados constantemente insatisfactorios: nunca consigo creerme nada de lo que escribo. No tengo ningún inconveniente en creerme a Tolstói o a Galdós, aunque sé que lo que cuentan. incluso cuando se inspiran en hechos reales, está inventado por ellos. Tampoco me cuesta creerme a Philip K. Dick o a Bioy Casares, aunque sepa que lo que cuentan es imposible. Pero lo que escribo yo me parece siempre una pamplina. No lo puedo evitar. Puedo, aun sin alcanzar credibilidad alguna ante mí mismo, resultar medianamente ingenioso y más o menos convincente, a ojos de otros, pero nunca he logrado pasar de los doce folios. Es mi límite infranqueable, la cota de mi impotencia, el arrecife contra el que se hace astillas, una y otra vez la nave de mi inventiva. Es lo máximo que puedo estirar mis historias que no me creo, la longitud máxima de los cuentos nacidos de mi inconsciente imaginación. Quizá por eso, hará un año decidí apuntarme a unos talleres de narrativa..."
(fragment pàg. 16-19)
(fragment pàg. 16-19)
2 comentaris:
Aquest fragment desperta les ganes de llegir-la.
La buscaré. Gràcies, Joana.
De res, Marta.
Açò és només el començament de una bonica història.
Esper que a tu també t'agradi.
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