La melancolía
este aposentarse
sin llamadas
como una larga tarde
sin beso de dioses
El letargo
la mirada
el cuerpo exhausto
Y al fondo el amor
un sol en crepúsculo
una luna naciente, roja
el azul
lo ya sin palabras
casi yerto
Entre mí y lo que ya no sé
una línea de horizonte
divisoria, voraz
definitiva.
Es quizás el cese. La bruma
La melancolía.
Mayo, 1988
(pág. 124)
Hanni Ossott
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