dijous, 31 de març del 2011

FIDEL ALS SEUS COLORS...




Plaza Mayor (Madrid 19.03.2011)

"Entregué el azul más azul de la primavera, la roja pasión del estío, la dorada madurez del otoño. Dejadme ahora, solo y libre, adentrarme en el invierno final, abrigado por el rescoldo de lo que fue o pudo ser mi vida.
Pero no tengo derecho ni a pensarlo. La vida y la lucha por un mundo más justo continúan. Y solamente el que se excluye se siente verdaderamente solo. He vivido la vida que he preferido vivir, la vida dura pero noble de un revolucionario. Y a pesar de los naufragios sufridos y las decepciones que la lucha y la vida a veces nos deparan, si mil veces naciera mil veces volvería a ser lo que soy y a pensar como pienso [...] El bosque de mi generación se va despoblando poco a poco y yo sigo en pie como un árbol milagroso, quizás porque no he perdido la apasionante costumbre de vivir y de luchar por algo que vaya más allá de mí mismo [...] Llegué muy tarde a mi juventud, pero como dijo Picasso "hace falta tiempo, mucho tiempo para ser joven" [...] Cuando recobré la libertad no pensaba en el tiempo perdido o arrebatado. Tenía 42 años, salía con la juventud intacta, la vida me abrió sus brazos generosamente y la viví con intensidad, como la soñaba en la cárcel:

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves.
Siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Que entren la noche y el día
y la lluvia azul, la tarde.
El rojo pan de la aurora;
la luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.

Todo era futuro para mí y el final del camino estaba lejos. Me sentía eterno [...] Sentir la libertad, pisar la hierba, mirar el azul del cielo o las estrellas, amar a una mujer, poner mi mano sobre la cabeza de un niño, estrechar a mi hijo entre mis brazos, todas esas sensaciones que para los demás son como bienes naturales, a mí me arrebataban de placer y sorpresa y me estremecía de felicidad al descubrirlas y poseerlas. Es ahora, cuando el río está a punto de llegar al mar y desvanecerse en la nada, cuando me angustian aquellos 23 años que me robaron, toda mi juventud y la mitad de mi vida."

(fragment pàg. 376-378 Decidme cómo es un árbol)