divendres, 26 de novembre del 2010

TOT CONTES...


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Otra nostalgia

Supongo que la nostalgia es algo común a todos los seres. La nostalgia del tiempo pasado, e incluso la nostalgia de la hora recién concluida. Pero ahora no pienso en esa clase de nostalgia, agradable en medio de su inevitable, sutil tristeza. Alguien dijo: "Todo el mundo está triste". Y creo que la tristeza es necesaria a los hombres, incluso a los niños. También, a veces, están tristes los animales [...] He visto toda la tristeza de la tierra en los ojos redondos de un perro: ¿quién no ha contemplado alguna vez la tristeza de la llanura o del mar, o de una llejana hilera de chopos en la tarde? No podríamos vivir, a buen seguro, sin esos instantes de necesaria melancolía, sin la nostalgia. Porque un hombre o una mujer sin recuerdos deben parecerso mucho a un tronco hueco, recorrido por las hormigas y la lluvia. Pero hay muchas clases de tristeza, como hay muchas clases de nostalgia. Deseo evocar ahora esa otra nostalgia, quizá contradictoria, paradójica, de las cosas que nunca se han conocido ni tenido. Existen determinados hechos y cosas que ocurrieron o que ocurrirán en un tiempo imposible. En un indefinido tiempo muy alejado de nosotros, que nunca conseguiremos alcanzar. Como un hormigueo, esa amarga nostalgia, esa desazón pequeña pero insistente, nos corroe poco a poco; nos impide, a veces, conciliar el sueño, el trabajo, o simplemente la paz. Existen resortes extraños, casi me atrevería a llamar mágicos que, como si se trataran del muelle de una trampa inocentemente pisada por nosotros, nos atrapan súbitamente en la nostalgia de lo no poseído nunca [...] Existe el duende del tiempo que uno no tuvo, tiene, ni tendrá . Es una nostalgia fatal, irremediable, y en ella sentimos espantosamente limitadas nuestras posibilidades. La vida es algo tan extraño que no se puede saber si empieza y acaba en un tiempo ya trazado, en ese destino pequeño que nosotros suponemos. Acaso esta nostalgia a que me refiero sea como una ventana, o el umbral, o un simple agujero por donde escapar hacia una dimensión más ahondada, nueva, diferente. A causa de una palabra, o de una postal, o de un lejano silbido, llegamos hasta esa puerta. Una puerta rara, tan difícil, como esta vida que no entendemos." (pág. 690-691)